Las expectativas al cerrar la jornada
nunca se hicieron tan casuales al buscar lo Nerudiano
al ver imágenes en arboladas de campos floridos.

No fue un arrebato escribir la canción
del hombre que hoy inspira la nación,
cantándole a la naturaleza que arrebata un suspiro.

Bío Bío, suplica desmantelar las represas
al viajar a Chile, en busca de araucarias
en los estrechos senderos del pehuenche
que se arropa en busca de fruto que da vida.

Desconcierto en el desabastecimiento que no da calma
al acurrucar el hambre en el que vive,
nutriéndose con vocablos, conducidos por la esperanza.

— by Juan Carlos Valdés

Tormentos

Aquí brotan pensamientos
que se diluyen del entendimiento
en notas de estos sentimientos,
que en “Do” conozco su reencuentro.

La paloma ya emprende el vuelo
al pertenecer al alma bendita
que revolotea en la cabeza del omnipotente,
al morir en el vuelo que la envuelve,
ya que la libertad le requiere confundir
los cielos en la maldición del guerrero.

Los rangos que nacen del olivo
en la mar en calma
que se hace brava de su histórico grito
al cambiar los sentidos en las irradiaciones
de sol que contempla el tsunami.

Latinoamérica, disfrutas del remanso de los ríos
torrentosos, donde fluyen las aguas depositadas
en la canasta en almas que le esperan,
al derramar lágrimas negras en ríos secos.

— Juan Carlos Valdés

Solidaridad

Desolado en la puta máquina de escribir,
no deleito los sonidos de África en libertad
que tolera la espiritualidad del sufrimiento.

Lo puede soportar al pensar en el grito
con repercusiones de la vida que traspasa
el lamento y la pobreza de un continente.

Descubriendo figuras en paredes
para sobrevivir la vida que añoramos,
sin ver más allá de las narices.

Olvidamos la justicia del pensamiento
que constantemente nos libera
de la busca de su libertad.

— Juan Carlos Valdés